Sergio Carreira, lateral derecho del Juvenil A |
El término comunmente denominado "reconversión" está a la orden del día, tanto en el fútbol base como en categorías profesionales. Son numerosos los casos de futbolistas que comenzaron sus trayectorias jugando en posiciones avanzadas y, con el paso de los años y de las diversas categorías, han ido retrasando su posición para poder exprimir al máximo sus cualidades.
Tal como adelantaba en el primer párrafo, un club que trabaja mucho con las reconversiones es el Fútbol Club Barcelona. Luis Enrique, Eusebio Sacristán, Quimet Rifé, Goikoetxea, Tente Sánchez, Sergi Barjuán, Albert Celades, Cristóbal Parralo o el propio Sergio Roberto son algunos de los ejemplos de futbolistas que, siendo centrocampistas o delanteros en sus inicios, se han visto obligados a modificar su rol sobre el terreno de juego para aportar un mayor valor al equipo.
Esta metodología también está a la orden del día en A Madroa. Un ejemplo muy claro es Jonny Castro, delantero goleador en sus inicios en el Casablanca, que posteriormente se "recicló" como lateral al llegar al Celta. Situación similar a la del jugador que vamos a analizar hoy en 'Rincón de Berto', un futbolista que en sus inicios jugaba como extremo y que, en la actualidad, está en boca de muchos celtistas tras su aparición estelar con el Celta B. Hablamos de Sergio Carreira, lateral derecho del Juvenil A.
Sergio Carreira Vilariño (Vigo, 13/10/2000) es un producto de la prolífica cantera del Coruxo FC, donde comenzó a jugar a los cinco años de edad. Desde muy pequeño comenzó a llamar la atención jugando como extremo o incluso como mediapunta y, siendo alevín de segundo año, subió al Infantil A para jugar en Liga Gallega. En este equipo coincidió con Riki Mangana, por aquel entonces delantero, dos futbolistas que acabarían retrasando su posición en la disciplina celeste.
Tras jugar en Infantil Liga Gallega siendo alevín de segundo año, el Celta citó a Carreira para hacer unas pruebas en A Madroa, en las que se encontró, entre otros, con Martín Rafael y David Dacoba, con los que posteriormente coincidiría en la factoría celeste. Tras superar estos exámenes, Sergio dejaría el Coruxo en el verano de 2012 para incorporarse al Infantil B del Celta.
En su primera temporada como celeste siguió jugando como extremo a las órdenes de Salva Martínez, si bien el preparador maño lo probó como lateral derecho en un partido contra el Tyde. Al año siguiente, formando parte del Infantil A de Jorge Tizón en Liga Gallega, Carreira empezó la temporada como lateral pero regresó al extremo, hasta el punto de ser suplente en varias ocasiones.
Tras jugar en Infantil Liga Gallega siendo alevín de segundo año, el Celta citó a Carreira para hacer unas pruebas en A Madroa, en las que se encontró, entre otros, con Martín Rafael y David Dacoba, con los que posteriormente coincidiría en la factoría celeste. Tras superar estos exámenes, Sergio dejaría el Coruxo en el verano de 2012 para incorporarse al Infantil B del Celta.
En su primera temporada como celeste siguió jugando como extremo a las órdenes de Salva Martínez, si bien el preparador maño lo probó como lateral derecho en un partido contra el Tyde. Al año siguiente, formando parte del Infantil A de Jorge Tizón en Liga Gallega, Carreira empezó la temporada como lateral pero regresó al extremo, hasta el punto de ser suplente en varias ocasiones.
El entrenador que daría con la tecla para explotar al máximo sus cualidades fue Jorge Cuesta, que se hizo cargo de la generación del 2000 en el año 2014. Al frente del Cadete B, el preparador vigués le dio la alternativa en el lateral desde pretemporada, si bien la competencia con Javi Fontán le dificultó la entrada en el once inicial. Así las cosas, el futbolista vigués finalizaría la temporada con veintinueve partidos disputados y cinco goles anotados, una campaña en la que esta generación recibió el título honorífico de ser el mejor Cadete B de la historia del Celta tras contar con victoria todos sus partidos en el Grupo 2 de Liga Gallega.
Tras dos años excepcionales en lo colectivo en categoría cadete, Carreira ascendió al Juvenil B junto con el resto de compañeros y cuerpo técnico, una temporada en la que anotó tres goles en los treinta partidos que disputó en Liga Nacional, consiguiendo el título de campeones.
Al año siguiente, Sergio cuajó un gran año en su primera temporada en División de Honor. Estuvo presente en veintitrés partidos de Liga, de los cuáles fue titular dieciocho veces, y entrenó en varias ocasiones con el Celta B, consiguiendo entrar en tres convocatorias oficiales. Además, fue convocado por la Selección Gallega sub-18 a lo largo de la temporada, estando presente en la Segunda Fase del Campeonato Nacional que se celebró en Madrid. Todo esto le sirvió para conseguir su segundo galardón en el 'Once de Oro' de los Premios CanteiraCeleste.com.
Al año siguiente, Sergio cuajó un gran año en su primera temporada en División de Honor. Estuvo presente en veintitrés partidos de Liga, de los cuáles fue titular dieciocho veces, y entrenó en varias ocasiones con el Celta B, consiguiendo entrar en tres convocatorias oficiales. Además, fue convocado por la Selección Gallega sub-18 a lo largo de la temporada, estando presente en la Segunda Fase del Campeonato Nacional que se celebró en Madrid. Todo esto le sirvió para conseguir su segundo galardón en el 'Once de Oro' de los Premios CanteiraCeleste.com.
Velocidad y profundidad, las armas principales de Sergio Carreira
Sergio Carreira, en un encuentro con el Juvenil A esta temporada |
Por todos es sabido el gran nivel que tiene el Celta en su producción de laterales derechos (Jorge Otero, Míchel Salgado, Hugo Mallo, Jonny, Kevin o Riki Mangana), si bien Sergio Carreira es diferente a todos ellos. Su pasado como extremo le aporta un toque diferencial como lateral, siendo un futbolista muy difícil de parar debido a sus continuas incursiones al ataque. La velocidad y la profundidad son sus dos mejores cualidades, si bien es un jugador que combina muy bien, ofreciendo continuos apoyos con sus diagonales hacia el interior y su buen juego de primeras.
Su baja estatura le otorga un punto de gravedad bajo, lo que le permite ser un jugador impredecible en el uno contra uno, capaz de cambiar de ritmo en una baldosa para retroceder el esférico hacia posiciones más seguras o bien romper por fuera para buscar la línea de fondo. Si opta por esta alternativa, es un futbolista con un pie derecho muy preciso para poner balones peligrosos, bien por abajo o por arriba, promediando un número notable de asistencias por temporada.
La generación del 2000 posee jugadores francamente interesantes y apostaría a que media docena de ellos llegarán al fútbol profesional. E incluso habrán futbolistas que den la sorpresa, tanto para bien como para mal. El mundo del fútbol es francamente impredecible pero, si tuviera que apostar por uno, Sergio Carreira es un valor seguro, pues posee unas cualidades innatas muy difíciles de desarrollar y que viene practicando y mejorando temporada tras temporada. Y es que la reconversión que ha sufrido en su trayectoria profesional le otorga una rampa de salida hacia el primer equipo, un lugar donde lo veremos más pronto que tarde si continúa con esta progresión.