Hugo Álvarez, una pequeña gran persona

9 de enero de 2016
Hugo Álvarez presiona ante un jugador de la Juventus
El Celta disputó hace unos días el Torneo Internacional La Liga Promises, donde se vio las caras ante las mejores canteras de España y varios equipos extranjeros invitados. Esta competición sub-12 se disputó en Miami (Estados Unidos), en la cual el Infantil B cayó derrotado en cuartos de final ante el FC Barcelona, que posteriormente alzaría el título de campeones.

Sin embargo, los pupilos de Álex Otero llamaron la atención de todo el mundo en fase de grupos con un estilo de juego muy definido, basado en la posesión del balón y una eficaz presión sobre el rival. El Celta realizó un magnífico torneo, pero uno de los jugadores que más asombró al público fue Hugo Álvarez Antúnez (Ourense, 02/07/2003), a quien el Ourense CF, club donde se crió antes de llegar al Celta, le quiso dedicar el siguiente artículo.
Una pequeña gran persona
Allá por el año 2007 estábamos sacando unas fotografías a un partido en Oira, cuando de repente vimos a un chaval de unos cuatro añitos que andaba pegándole a una pelota en la zona de la entrada. El balón parecía más grande que él. Su padre, Valentín, estaba viendo un partido en la zona baja. Hablando con él, le comentamos que podía traer al enano algún día. No parecía muy convencido, ya que Hugo era muy pequeñito, pero al final apareció un día por el Sexto y entrenó con los chavales, que le sacaban un par de años.

Nunca pensamos que llegaría a suceder lo que pasó con este enano. Ya desde un principio se le notaba algo especial. Su concentración era increíble y había veces que se adelantaba a la explicación que querías dar a los demás. Poco a poco fuimos montando el equipo, y al cabo de dos años nos encontramos con 18 jugadores de más o menos un nivel alto. Lo que hicimos fue dividir el grupo en dos equipos de solo nueve jugadores y participamos en la primera liga prebenjamin que se formó.

Sin embargo, estos grupos tenían una circunstancia especial: en un lado estaban los que más condiciones tenían, al menos a priori, y en el otro los que menos; pero, para igualarlos, pusimos a este enano con los segundos. Fue un año fantástico. Huguito -que es como se llamaba nuestro protagonista- se echó su equipo a las espaldas y ganaron la liga en una final épica contra sus compañeros.
Pero en realidad esto no fue lo importante. Lo mejor ese año fue que todos, absolutamente todos sus compañeros querían jugar con él, incluso los de los equipos superiores de edad siempre preguntaban por él. El motivo era que hacía grupo: siempre estaba para ayudar a quien hiciese falta, sin importarle que sus compañeros fueran de tres años más de edad o fuesen muy pequeñitos. Siempre estaba ahí para ayudar.
Hugo Álvarez, en un encuentro con el Ourense CF ante el Arrabaldo
Después de aquel año ya participó con los benjamines, haciendo una liga fantástica siendo de primer año. Cuando fue de segundo año volvió a echarse el equipo a sus espaldas y conseguimos llegar a una final del gallego de fútbol sala, en la que a punto estuvimos de hacer historia. Torneos, ligas, Copa Diputación... Huguito siempre estuvo ahí.

Sin embargo, se veía que el club se le quedaba pequeño, no por sus cualidades -que las tenía, y muchas- sino por el espíritu de mejoría innata que tenía. Cuando era alevín de primer año, el club recibió el interés del Celta. En un principio creímos que debía esperar un año más a irse a Vigo, pero no contamos con su fabulosa cabecita. Fue un acierto que fuese a Vigo a esa edad. La madre -“La Pepa”, que es como la llamamos- acertó de pleno.

Huguito ha sido el jugador que más huella ha dejado en el fútbol-8 Pontino, ahora Ourensanista de largo. Siempre estará en nuestros corazones, como futbolista y, sobre todo, como persona. En letras mayúsculas.

Opinión de sus entrenadores
  • Antonio Ensá (Benjamines): Jugador con una técnica impresionante. Su cabeza iba por delante de su edad, eso hacía que fuese un jugador diferente. Veía cosas que el resto no veía. Como persona, un diez.
  • Alberto Vidaurre (iniciación y prebenjamines): Después de veinte años entrenado puedo decir, de corazón, que ha sido el peque con el que más he disfrutado trabajando. Posiblemente he aprendido más de él, que él de mí. Una pequeña persona en letras mayúsculas.
De vez en cuando trae a entrenar a su hermano Anxo, que tiene unos seis años menos. Por supuesto, ayuda a entrenar como si fuese un prebenjamín más, como no podia ser de otra manera.


Publicado por Redacción


Fuente: Web Oficial del Ourense CF