Varios canteranos durante la pretemporada de 2014 |
Por todos es sabido que la Cantera está pasando por momentos de dudas, en el sentido de la continua desnaturalización que está sufriendo poco a poco la plantilla del primer equipo. Hay mucha gente tranquila al respecto, cuya opinión es que no hay canteranos que puedan subir el nivel actual, pero la realidad dice todo lo contrario.
Hay motivos por los que preocuparse. No es una crítica sin fundamento, sino que se trata de una realidad empírica. Según Alberto Fernández (@celtahistoria), la presencia de canteranos en el primer equipo ha ido decayendo paulatinamente desde la temporada 2011/2012, cuando el 46,33% de los minutos totales fueron disputados por canteranos. Se trató del punto máximo en la última decada.
En los tres años siguientes, tras el ascenso del Celta a Primera División, la Cantera ha perdido casi veinte puntos porcentuales, o lo que es lo mismo, los canteranos jugaron 9.000 minutos menos desde el tope máximo situado en el año 2012. Ciñéndonos a los datos de Alberto, durante la última temporada los jugadores criados en A Madroa jugaron poco más de un cuarto del pastel de minutos (27,17%).
Son unos datos que no extrañan. El Celta ha perdido durante estos años a jugadores muy importantes (Iago Aspas, Jota, Yoel, Oubiña o, recientemente, Santi Mina), a jugadores con nivel para Primera División (Andrés Túñez, Roberto Lago o Toni) y a futbolistas que han sido piezas muy importantes para retornar a la máxima categoría (Jonathan Vila o Dani Abalo).
Además, Toni Otero (todo un emblema en el renacer de la Cantera) ha dejado este mismo verano la entidad, una marcha que dejará mucha huella. Como expliqué previamente, la salida de Santi Mina es un golpe muy duro para una ilusionada afición, mientras que otros canteranos como Pape Cheikh (cuyo futuro en la entidad no está ni mucho menos asegurado) o Anwar Mediero (atacante infantil que con toda probabilidad acabará en el FC Barcelona) pueden estar en el túnel de salida de A Madroa.
Llegada la pretemporada, es el momento en el que muchos canteranos disfrutarán de oportunidades durante algunas semanas con el primer equipo. Pero todos estos pequeños detalles no tendrán significado alguno si luego no se ven acompañados de lo que realmente importa: la confianza. El resto serán noticias de cara a la galería, puesto que de nada sirve anunciar un 60% de canteranos en pretemporada si, cuando llega el momento, no se tiene la valentía suficiente para apostar por ellos.
Y es que los que defendemos a la Cantera no somos una minoría obsesionada con chavales de 17, 18 o 19 años. Defender la Cantera es defender el patrimonio del Club, una filosofía que se nos ha vendido como realizable pero que, durante los últimos años, estamos viendo como poco a poco se ha ido yendo al traste.
Desde aquí animo a los dirigentes del Club ha hacer una pequeña reflexión. Se nos ha dicho en muchas ocasiones, sin ningún tipo de pudor, que los canteranos cobran menos para que, llegado el caso, se les pueda facilitar su salida. Repito, los jugadores no son mercancías, son personas con sentimiento y que en muchos casos llevan jugando en el Celta desde los diez años, subiendo tres/cuatro días a la semana a la Madroa con la ilusión de llegar un día al primer equipo.
Además, aplicando términos económicos, la Cantera tiene un efecto marginalmente creciente sobre la evolución del primer equipo. Los beneficios que ésta reporta (identificación con el equipo, fabricar jugadores que no podríamos nunca incorporar de fuera y, llegado al caso, ventas con un rendimiento económico cercano al 100%) supera cualquier tipo de desventaja, en el caso de que haya alguna.
Tratemos a los canteranos como se merecen. Y es que no se defiende de la misma manera al jefe que te paga, que a un hermano. El sentimiento no se paga en millones de euros, sino con sinceridad, confianza y orgullo por unos colores.
Hay razones para ser optimistas
Sin embargo, como todo en la vida, hay razones para pensar que no todo está acabado. En primer lugar, Carlos Hugo García-Bayón tomó el relevo de Toni Otero al frente de la cantera. Un profesional muy cualificado que, junto a Eusebio, ha sido el precursor de la Cantera, y con una gran capacidad de trabajo al servicio de las categorías inferiores.
Por su parte, el Celta ha logrado la vuelta de Iago Aspas, uno de los iconos de la afición celeste y que ha firmado un contrato de larga duración con la entidad que dirige Carlos Mouriño.
Además, este año se está trabajando en un Celta B potente, con jugadores como Borja Iglesias, Luis Rioja, Josep Señé, Yelko Pino, Jordan, Borja Fernández, Samu Araujo, Goldar o Julio Delgado, entre otros. La llegada de Torres Gómez, entrenador con experiencia previa en filiales, intentará potenciar las cualidades del equipo y asentar a un filial muy convulso durante los últimos años.
Por último, y no por ello menos importante, en A Madroa no paran de salir jugadores de muchísima calidad. Brais Méndez, Iván Villar, Diego Alende, Varo Fernández, Yelco, José Sobrido, Álex Rey, Martín Fuentes, Pablo Salgueiro, Ube, Óscar Martínez, Álex Fernández, Javi Ben, Pablo López, Pampín, Martín Rafael... Hay muchos nombres a destacar, muy jóvenes todavía, pero que gozan de una proyección muy interesante.
En conclusión, creo que la Cantera necesita un poco de reflexión, no en el caso de la captación de talento, ojeadores o coordinación (donde se está realizando una gran labor), sino en el sentido de potenciar a los canteranos del primer equipo, blindarlos como se merecen y tratarlos como lo que son: jugadores que llevan mamando celtismo desde muy pequeños. Aprovechémoslo.
Hay motivos por los que preocuparse. No es una crítica sin fundamento, sino que se trata de una realidad empírica. Según Alberto Fernández (@celtahistoria), la presencia de canteranos en el primer equipo ha ido decayendo paulatinamente desde la temporada 2011/2012, cuando el 46,33% de los minutos totales fueron disputados por canteranos. Se trató del punto máximo en la última decada.
Participación de la Cantera en la última década |
Son unos datos que no extrañan. El Celta ha perdido durante estos años a jugadores muy importantes (Iago Aspas, Jota, Yoel, Oubiña o, recientemente, Santi Mina), a jugadores con nivel para Primera División (Andrés Túñez, Roberto Lago o Toni) y a futbolistas que han sido piezas muy importantes para retornar a la máxima categoría (Jonathan Vila o Dani Abalo).
Además, Toni Otero (todo un emblema en el renacer de la Cantera) ha dejado este mismo verano la entidad, una marcha que dejará mucha huella. Como expliqué previamente, la salida de Santi Mina es un golpe muy duro para una ilusionada afición, mientras que otros canteranos como Pape Cheikh (cuyo futuro en la entidad no está ni mucho menos asegurado) o Anwar Mediero (atacante infantil que con toda probabilidad acabará en el FC Barcelona) pueden estar en el túnel de salida de A Madroa.
Llegada la pretemporada, es el momento en el que muchos canteranos disfrutarán de oportunidades durante algunas semanas con el primer equipo. Pero todos estos pequeños detalles no tendrán significado alguno si luego no se ven acompañados de lo que realmente importa: la confianza. El resto serán noticias de cara a la galería, puesto que de nada sirve anunciar un 60% de canteranos en pretemporada si, cuando llega el momento, no se tiene la valentía suficiente para apostar por ellos.
Y es que los que defendemos a la Cantera no somos una minoría obsesionada con chavales de 17, 18 o 19 años. Defender la Cantera es defender el patrimonio del Club, una filosofía que se nos ha vendido como realizable pero que, durante los últimos años, estamos viendo como poco a poco se ha ido yendo al traste.
Desde aquí animo a los dirigentes del Club ha hacer una pequeña reflexión. Se nos ha dicho en muchas ocasiones, sin ningún tipo de pudor, que los canteranos cobran menos para que, llegado el caso, se les pueda facilitar su salida. Repito, los jugadores no son mercancías, son personas con sentimiento y que en muchos casos llevan jugando en el Celta desde los diez años, subiendo tres/cuatro días a la semana a la Madroa con la ilusión de llegar un día al primer equipo.
Además, aplicando términos económicos, la Cantera tiene un efecto marginalmente creciente sobre la evolución del primer equipo. Los beneficios que ésta reporta (identificación con el equipo, fabricar jugadores que no podríamos nunca incorporar de fuera y, llegado al caso, ventas con un rendimiento económico cercano al 100%) supera cualquier tipo de desventaja, en el caso de que haya alguna.
Tratemos a los canteranos como se merecen. Y es que no se defiende de la misma manera al jefe que te paga, que a un hermano. El sentimiento no se paga en millones de euros, sino con sinceridad, confianza y orgullo por unos colores.
Hay razones para ser optimistas
Sin embargo, como todo en la vida, hay razones para pensar que no todo está acabado. En primer lugar, Carlos Hugo García-Bayón tomó el relevo de Toni Otero al frente de la cantera. Un profesional muy cualificado que, junto a Eusebio, ha sido el precursor de la Cantera, y con una gran capacidad de trabajo al servicio de las categorías inferiores.
Por su parte, el Celta ha logrado la vuelta de Iago Aspas, uno de los iconos de la afición celeste y que ha firmado un contrato de larga duración con la entidad que dirige Carlos Mouriño.
Además, este año se está trabajando en un Celta B potente, con jugadores como Borja Iglesias, Luis Rioja, Josep Señé, Yelko Pino, Jordan, Borja Fernández, Samu Araujo, Goldar o Julio Delgado, entre otros. La llegada de Torres Gómez, entrenador con experiencia previa en filiales, intentará potenciar las cualidades del equipo y asentar a un filial muy convulso durante los últimos años.
Por último, y no por ello menos importante, en A Madroa no paran de salir jugadores de muchísima calidad. Brais Méndez, Iván Villar, Diego Alende, Varo Fernández, Yelco, José Sobrido, Álex Rey, Martín Fuentes, Pablo Salgueiro, Ube, Óscar Martínez, Álex Fernández, Javi Ben, Pablo López, Pampín, Martín Rafael... Hay muchos nombres a destacar, muy jóvenes todavía, pero que gozan de una proyección muy interesante.
En conclusión, creo que la Cantera necesita un poco de reflexión, no en el caso de la captación de talento, ojeadores o coordinación (donde se está realizando una gran labor), sino en el sentido de potenciar a los canteranos del primer equipo, blindarlos como se merecen y tratarlos como lo que son: jugadores que llevan mamando celtismo desde muy pequeños. Aprovechémoslo.
Publicado por Berto Carballo
Seguir a @BertoCarballo11