Santi, aún no era el momento

6 de julio de 2015
Santi Mina, fue presentado oficialmente este domingo en el Valencia CF
El pasado sábado saltaba la bomba en Vigo. Santi Mina dejaba el Celta para recalar en el Valencia CF, tras alcanzar ambos clubes un acuerdo por el valor del importe de la cláusula de rescisión fijada en diez millones de euros.

Una noticia que sacudió al celtismo y sorprendió por la rapidez con la que se gestó, si bien es cierto que desde el momento que el canterano unió su destino al representante Jorge Mendes, estaba claro que algún día llegaría este momento, pero lo que no se esperaba es que su salida fuese tan cercana.

De hecho, las palabras previas del canterano durante las últimas temporadas no hacían presagiar ni mucho menos este desenlace, pues hace poco más de un año se mostraba así de tajante: "No saldré del Celta, ésta es mi casa y espero estar muchos años", y tan sólo hace unos meses se mostraba tranquilo y aseguraba que "me ofrecen cariño, tengo otros tres años de contrato y no pienso en otra cosa".

Lo cierto es que el Celta pierde a uno de los grandes valores de la cantera de los últimos años, sino el mayor, y que deja el Club de manera express, sin una despedida digna para quién deja una considerable cantidad de dinero en las arcas de la entidad y haciéndose públicas sus declaraciones con su nuevo Club de manera casi inmediata. Santi merecía irse de otra forma, pero no ha querido.

Deja el club a sus 19 años, con todo su presente en el fútbol, pero sobretodo con su futuro. Porque Santi lo tiene, y mucho. Él, que estaba llamado a ser uno de los referentes para el celtismo cambia Vigo por Valencia, donde está por ver si goza de los mismos minutos que se le ofrecerían en Vigo. Si los tiene, destacará.

Su marcha es algo difícil de asimilar, no por el hecho de que lo haga, ya que al fin y al cabo el Celta sigue su camino con paso firme, cada vez mejor económicamente, pero sigue faltando algo. Falta que a la hora de apostar por la cantera se cuide a los canteranos como se merecen y valorarlos como a cualquier otro futbolista, y no que por el hecho de ser canteranos estén en el último escalón salarial: la ficha no se compensa con celtismo.

No es este el caso de Santi, pues tras renovarle cuando todavía era juvenil, se estipuló una cláusula de diez millones de euros, una cantidad considerable, pero que si ahora vemos su posible progresión quizás se quede corta en un futuro. El error está en no mejorar este contrato cuando meses después comenzó a despuntar y ya se veían detalles que hacían prever el delantero que venía, y además, no había firmado con Jorge Mendes todavía.

Meses más tarde ya era tarde. Jorge Mendes no quiso valorar ninguna oferta, pues el futuro ya parecía estar escrito. Y es que para el representante de las estrellas, los jugadores deben estar siempre en movimiento, generando un constante rendimiento económico. En el momento que Mina se unió a Mendes, cualquier posibilidad de ser un 'jugador de club' se desvaneció. Tampoco él ha querido serlo, yéndose en cuanto ha podido.

Desde mi punto de vista, el error de todo esto es el tiempo. Es posible que a Santi se le quedara "pequeño" el Celta en un futuro, pues sus cualidades apuntan a que probablemente será un delantero de referencia del panorama español en los próximos años; pero para su progresión, un año más en el Celta le hubiera venido a las mil maravillas para terminar de despuntar y también al club contar con un jugador de sus características; al fin y al cabo, el precio seguiría siendo el mismo tras un año.

Las prisas le podrían jugar una mala pasada si no goza de oportunidades en Valencia, o podría salir bien. Al fin y al cabo no se sabe qué deparará el futuro al megaproyecto de Peter Lim en Valencia. Pero las cualidades de un gran futbolista las tiene y, si se lo permiten, destacará sobremanera, porque Santi Mina es un delantero especial y diferente.

¡Suerte, Santi!


Publicado por Edgar Garrido