Foto: Marta Vigo |
Foto: Amanda Estévez |
Borja Iglesias Quintás (Santiago de Compostela, 17/01/1993) comenzó a dar patadas a un balón en su colegio a los cinco años, cuando se inscribió a fútbol sala como actividad extraescolar. Pronto decidió que el fútbol sería su gran reto, tras enrolarse en las filas del Rosalía de Castro, club que posteriormente pasó a ser el Santiago de Compostela CF.
En el club santiagués fue subiendo categorías hasta infantiles. En su ultimo año anotó 39 goles en Liga, que le sirvieron para acudir al Campeonato de España con la Selección Gallega. Sus grandes actuaciones en el torneo llamaron la atención de los técnicos del Valencia CF, que le hicieron una propuesta para recalar en la cantera de la ciudad del Turia. A pesar de su corta edad, Borja emigró al levante español para vivir una oportunidad muy provechosa para él.
En el club che militó durante tres campañas: los dos años en Cadetes y el primer año como Juvenil, anotando respectivamente 14, 19 y 16 tantos en cada una de las temporadas.
Su faceta goleadora llamó la atención del Villarreal CF. Borja disputó su primera temporada en Juvenil División de Honor en el CD Roda, un club vinculado al conjunto amarillo, y que juega en las mismas instalaciones. Finalizó la temporada con un total de 15 dianas que servían al CD Roda para quedar en 5ª posición.
Sus dos años en el equipo castellonense fueron magníficos. En su última temporada como Juvenil rompió todos sus récords, logrando anotar 32 tantos, siendo el segundo máximo goleador de todos los grupos de JDH. Una gran temporada que le sirvió para militar la siguiente campaña en el Villarreal C de Tercera División, donde continuó goleando: once tantos anotó en el mini-submarino amarillo.
El Celta se fijó en Borja Iglesias en verano de 2013, quién llegó a un filial renovado con la tarea de ayudar al equipo a mantener la categoría. Su primera vuelta fue positiva, teniendo en cuenta que era su primera toma de contacto con la Segunda B. Sin embargo, en la segunda vuelta su rendimiento fue magnífico, anotando un total de siete goles y siendo uno de los pilares del Celta B en el tramo final de la temporada.
A pesar del descenso matemático de categoría, el verano pasado el delantero santiagués recibió dos grandes noticias. La primera de ellas fue la de su renovación con el Celta por dos temporadas más tres opcionales. Una renovación que se anunciaba tan sólo una semana después de que el club vigués compraba plaza en Segunda B para el filial.
Un trabajador al servicio del gol
Foto: Amanda Estévez |
Algo francamente curioso. Y es que su aparencia de delantero-ariete (sus casi 190 centímetros conllevan este prejuicio) se esfuma en cuanto recibe un balón. Ha logrado mejorar tanto sus controles como su condición técnica, algo que le ha permitido ser un gran recurso en la zona de ataque.
Posee un disparo durísimo, una buena definición y es bastante ágil. Sin embargo, sus características se pueden reducir a tres: trabajo, gol y regularidad. Es un delantero que no suele pasar por unas rachas negativas de cara a puerta, que lo deja todo en el campo y que en condiciones normales te puede asegurar diez goles por temporada.
Muchos se preguntaron el año pasado tras su gran final de temporada acerca de la posibilidad de que Borja tuviese alguna oportunidad en el primer equipo. Es muy joven -en Enero cumple 22 años- y cada día se encuentra mejor en Vigo y en el Celta. La competencia arriba es feroz, pero a base de goles y sacrificio esa barrera se puede ver dinamitada. El tiempo dirá.
Publicado por Berto Carballo
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