Foto: Jorge Landín |
-¿Con qué ánimo afronta esta nueva temporada?
-Con ganas de entrenar, de seguir haciendo las cosas lo mejor posible, siendo un equipo reconocible con lo que proponga el míster y, de momento, con calma y tranquilidad.
-¿A los futbolistas también se le hacen cortas las vacaciones, como a cualquier otro trabajador?
-Sí, se hacen cortas. Más que nada por la situación del fútbol, por cómo está montado. Hay compañeros que están compitiendo todavía y entonces se hace un poco extraño. Si no hubiese fútbol, seguro que las ganas de volver serían mucho mayores, pero como nunca llegas a desconectar por el tema del Mundial, las vacaciones se hacen cortas. Aunque como trabajas en lo que te gusta, eso ayuda.
-¿Tras una buena temporada, qué objetivos deben marcarse?
-Volver a tener la exigencia y el compromiso del año pasado, volver a ser un grupo. Ése debe ser el objetivo, sabiendo que la temporada va a ser muy difícil, igual que el año pasado. Acabó bien, pero tuvimos épocas difíciles. Se trata de seguir teniendo la misma identidad y el mismo compromiso, que es lo que nos va a llevar a ganar partidos.
-¿Pero pensando en la tabla, el Celta debe ser más ambicioso?
-El objetivo debe ser ir semana a semana, partido a partido. Mayo está muy lejos. Lo que nos queda ahora es la pretemporada, prepararnos bien, recuperar sensaciones e ir adaptándose a la idea que proponga el míster. Ahora trabajamos para llegar al primer partido lo más rodados posibles.
-El cambio de entrenador les obliga en cierto modo a empezar de cero. ¿Es una desventaja?
-Hay que volver a empezar, pero hay muchas cosas buenas del año pasado que nos quedan dentro, a nivel colectivo y a nivel individual. Recursos que nos dio el cuerpo técnico anterior con los que tenemos que quedarnos para el resto de nuestra carrera deportiva. Fue una temporada fantástica a todos los niveles.
-¿Luis Enrique dejó huella?
-Sí, mucha. Tener la sensación de que sabes lo que haces dentro de un campo de juego y que el entrenador te proporcione recursos para que seas capaz de hacer unas cosas u otras dependiendo de la situación es fantástico. Nos dejó huella a nivel personal, porque el trato fue increíble, y a nivel de aprendizaje.
-Por primera vez en su carrera le entrena un ex compañero. ¿Hace que se sienta mayor?
-Los años te hacen sentir mayor (ríe). No, la verdad es que no. El fútbol ha cambiado mucho. Antes era diferente el trato del jugador joven con el veterano. Existía mucho el tema de las jerarquías dentro del vestuario y se marcaban más las distancias, sobre todo cuando eras joven y yo era un chaval. Entonces, no se me va a hacer raro.
-¿No tenía mucha relación con él?
-Sí, pero los que empezábamos íbamos con cuidado. Piano piano.
-¿Cree que se puede hacer un paralelismo entre el Berizzo jugador y el Berizzo entrenador?
-Supongo que tu forma de ser y de pensar como jugador luego la llevas a la práctica como entrenador. Lo iremos viendo, pero es una persona seria, dialogante e inteligente, así que creo que todo irá bien.
-¿Qué le parecen los tres fichajes que han llegado hasta ahora?
-Conozco a Larrivey y más o menos a Sergi, a Pablo no. Pero de lo que se trata es de que vengan a sumar, se incorporen a la fantástica dinámica que tenía este grupo y entre todos sigamos con la misma idea. Lo ideal es que todos los jugadores nos sintamos útiles, como el año pasado, y a partir de ahí seguro que el grupo crece.
-La temporada pasada fue uno de los futbolistas con más minutos, pero jugó poco en la recta final. ¿Eso le hace volver con más ganas?
-No, ganas tengo las mismas. De seguir, de intentar ayudar al grupo. Nunca había pasado por esa situación, pero aun así fue una buena temporada a nivel personal porque pasé por un proceso de aprendizaje que con los años es más difícil que se dé. Me dieron otra visión del fútbol, muy interesante. Lo que quiere todo jugador es disputar el máximo número de minutos, pero hay que entender que a veces toca apoyar desde otro sitio.
-¿No acabó la temporada con mal sabor de boca?
-No. Hubo momentos de la temporada en los que no estaba a gusto conmigo mismo, pero al final no.
-¿Siente que tiene todavía muchos años de fútbol por delante?
-Sí, aunque lo vas pensando año a año. Ya con 25, cuando me empezó a pasar todo lo que me pasó, el planteamiento era ir día a día y poco más. Ahora, con 32, pues lo mismo. Desde que me pasó todo aquello, mi pensamiento está en ver cómo me encuentro cada día, cómo me levanto. Y como me encuentro bien, disfruto el día a día y no pienso en el largo plazo.
-El club está buscando otro mediocentro. ¿Le motiva más?
-Lo mismo. El año pasado se decía que sólo había un futbolista para esa posición y jugaron ocho mil jugadores ahí. Hay que tener una buena idea de equipo y luego puedes poner a un jugador o a otro. Si el equipo funciona, el jugador va a funcionar; si no, lo va a tener difícil. Va a venir alguien, pero en la plantilla hay jugadores versátiles.
Publicado por Redacción
Fuente: Atlántico Diario
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