Los gatos también hacen milagros

12 de mayo de 2014
Foto: Ricardo Grobas
Hay fondo de armario. Por lo menos en la portería. Sergio Álvarez supo aprovechar sus oportunidades. Han sido pocas, pero parece que suficientes para demostrar que tiene sitio en Primera División. El guardameta de Catoira ha vuelto a dejar su puerta a cero. Ya lo logró en el duelo copero ante el Athletic (la vuelta la jugó Rubén Blanco) y en el choque de hace una semana frente a Osasuna. El rival de hoy era difícil, un nivel superior para demostrar que lo acontecido en El Sadar no había sido una casualidad.

Ante los rojillos fue la pesadilla de su excompañero Oriol Riera. Sus nuevas víctimas fueron Morata e Isco. Los dos internacionales con la sub-21 pusieron a prueba a Sergio Álvarez, pero en todas dio una gran muestra de sus reflejos. El Gato de Gatoira también pudo mostrar su frialdad con el juego de pies, una tranquilidad que a veces juega con el corazón de la grada. Ya ocurrió ante la UD Almería en Segunda, cuando suplió a la perfección a un Yoel que iba lanzado hacia el Zamora.

En la despedida de Balaídos, quizás su último encuentro como celeste ante la afición, Sergio puso el broche de oro a su corta pero excelente temporada. Tras el pitido final volvió a ser el que más abrazos recibió de sus compañeros. Muchos recordarán el acierto de Charles. También determinante. Pero, sin duda, una de las claves del triunfo ante el Real Madrid (al que ya se le ganó en Copa hace algo más de un año) fueron las paradas del gato de Catoira.


Publicado por Redacción


Fuente: Faro de Vigo