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Que dos de los artífices del temporadón del Choco en Tercera División acaben en Finlandia no es casualidad. El entrenador del Honka, que así se llama el equipo en cuestión, es amigo de Couñago desde sus tiempos en el Ipswich, y cuando hace algunos meses comenzó a confeccionar la plantilla para esta temporada, no dudó en reclamar al goleador choqueiro. "O adestrador é amigo meu. Chamoume hai un tempo pero conteille que non quería deixar ao equipo da casa no medio da tempada e con posibilidades de xogar un play off. Agora que a Liga está finalizada, e ante a súa insistencia, convenceume", explicaba ayer Couñago, que reconoce que encara esta nueva etapa con la misma ilusión de cuando era un chaval.
"Sigo disfrutando do fútbol. Preto dos 35 xa o tomas doutro xeito, pero a ilusión e as ganas de dar o mellor de un nunca se perden. E máis, cando asumes a responsabilidade de ir xogar cun adestrador que te coñece. Non queres fallarlle". Porque, ante todo, Couñago y Caloi encaran esta nueva etapa plenamente comprometidos.
Un rival líder en su país
El Honka, que el curso pasado fue el segundo clasificado de la competición finlandesa y que este año disputará previa de UEFA, necesitaba un goleador como Couñago, pero también un mediocentro. Y ahí es donde entra Caloi. El centrocampista ha destacado en el equipo de casa, y Couñago, preguntado por el técnico finés, recomendó a su compañero y amigo. "Deille referencias e viu vídeos, e déronlle para diante", explica el delantero.
Cuando Pablo le propuso a su amigo cambiar la Tercera gallega por la Primera finesa la primera respuesta de Caloi fue negativa. "En caliente dije no. Tenía mi vida aquí hecha, más o menos, y no se me pasaba por la cabeza salir". Sin embargo, la insistencia del Hanok y el gusanillo de probar suerte le hicieron cambiar de idea. "Estoy ilusionado, emocionado y un poco nervioso, voy un poco a ciegas, aunque Pablo y su familia me animan mucho y me dicen que estaré bien. Me apetece hacer un buen año por lo que pueda pasar. Si me sale mal, siempre puedo volver a Redondela. Ahora quiero probarme y ver dónde tengo el techo", expone Caloi.
El centrocampista ha repartido sus años como sénior entre el Alondras y el Choco, y ahora encara con ganas una etapa que concluirá en octubre, cuando finalice la temporada en Finlandia. Atrás deberá dejar su trabajo en el estanco familiar y su papel como entrenador en los equipos A y B alevines del Celta, pero confía en que merecerá la pena. "Tengo 26 años y este es el momento de jugar, para entrenar siempre tendré tiempo".
Caloi sabe que en Finlandia no estará solo. Couñago tiene muy claro que su familia es lo primero, y tanto su mujer como su hijo le acompañan y están ilusionados con esta nueva etapa. Además, el delantero ya ha estado de vacaciones en la ciudad próxima a Helsinki a la que pertenece el Honka, y eso le ayudó a la hora dar un paso al frente.
Publicado por Redacción
Fuente: Global Galicia
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